lunes, 13 de agosto de 2012

We love Lloret

We love Lloret es el título de un programa que la cadena de televisión alemana ProSieben está emitiendo actualmente (con cada vez menos público, dicho sea de paso). Se trata de un reality-show. No sé traducir este término en español correctamente, pero una aproximación al término sajón sería excremento televisado, es decir, se meten un número determinado de jóvenes, a ser posible con menos luces que la bodega de un barco pirata, en un recinto donde se les graba permanentemente. Hasta aquí todo normal. En varios canales españoles se emite o se ha emitido en algún momento un programa de este tipo.

Lo llamativo de este caso es que este programa está realizado en el municipio gerundense de Lloret de Mar y presenta como únicos atractivos de la localidad el alcohol y el sexo. Desde el Ayuntamiento de Lloret de Mar han puesto el grito en el cielo al presentar la localidad como un destino turístico de borrachera y orgías, aunque pienso que no tienen razón. Si tanto le desagrada el programa debería haberlo vetado antes de su emisión, impidiéndoles grabar en su municipio. Ahora, una vez que el daño está hecho, el Ayuntamiento se esfuerza en presentarnos una oferta turística familiar y de aventura, pero ya es demasiado tarde.

Repetía mucho mi tío Javier que de aquellos polvos vienen estos lodos. O lo que es lo mismo, desde que tengo uso de razón, siempre he oído "presumir" a este tipo de localidades —no solo Lloret de Mar sino un amplio grupo de municipios— de ser un destino ideal para aquellos que quieran divertirse, usando el alcohol y el sexo como reclamos. ¿Por qué protestan ahora? Es lo que se han buscado durante décadas. Ahora tienen que ser consecuentes con sus actos. Si pretenden cambiar la mentalidad de las agencias de viajes y de los turistas, tienen por delante una ardua tarea. Suerte en ese viaje.

Piensen.
Sean buenos.

lunes, 6 de agosto de 2012

Soy español. ¿A qué quieres que te gane?

Veo, a través de la televisión, el desarrollo de las pruebas olímpicas cada día con más frustación. Nuestros deportistas están realizando un papel muy flojo. Salvo contadísimas excepciones (Mireia Belmonte y Maialen Chourraut), estamos muy, muy lejos de los grandes. Desde mi punto de vista está siendo un desastre absoluto. Estamos al nivel de medallas de Colombia y Kenia y a años luz de superpotencias como Bielorrusia, Dinamarca, Rumanía y Kazajistán. Ojalá a partir de ahora comiencen a llegar las ansiadas medallas. Que nadie piense que disfruto viendo como perdemos en todos los deportes.

He podido comprobar las numerosas críticas a los árbitros y a los jueces en determinados deportes. También se habla mucho de la mala suerte: Atletas que se caen, ciclistas que pierden el sillín en plena carrera... A mí todo esto me suena a poca preparación para una cita de este nivel. Es posible que los recortes afecten también a los deportistas de elite, como no podría ser de otra manera. Evidentemente, desde los medios no se critica a ningún deportista, no sea que alguno gane una medalla quedándose después sin la entrevista exclusiva. Por cierto, en los Juegos Olímpicos hay el doble de periodistas acreditados que deportistas.

Tampoco oigo por ningún lado el lema que decía: "Soy español. ¿A qué quieres que te gane?" al cobijo de los éxitos de las selecciones de fútbol y baloncesto, de Rafa Nadal, de Pau Gasol de Fernando Alonso y del motociclismo. Y no hay más querido lector. No somos una potencia deportiva como nos quieren hacer creer. Reconozcámoslo y disfrutemos así de las distintas pruebas que quedan por disputar del calendario olímpico como quería el Barón de Coubertin: Lo esencial no es vencer, sino luchar bien.

Les deseo a todos unas muy felices vacaciones. Nos volvemos a ver en septiembre.

Piensen.
Sean buenos.