Fracaso de las redes sociales

La Plataforma ¡En Pie! junto a la "Coordinadora 25S" convocaron, junto a otros colectivos una manifestación para tomar el Congreso de los Diputados el pasado 25 de abril. La plataforma pretendía la dimisión del Gobierno y unas nuevas elecciones. Varias asociaciones y plataformas (15M y PAH principalmente) se desmarcaron del acto debido a la amenaza de violencia. Esto unido al despliegue policial —1400 policías— propició que la llamada tuviera escasa participación. Finalmente, solo acudieron unas 1500 personas, y acabó con 15 detenidos y 29 personas heridas. 

Que la situación actual es dramática no se le escapa a nadie. Con más de seis millones de parados, con una generación de jóvenes muy preparados emigrando para conseguir, sencillamente, un puesto de trabajo, con desahucios por doquier... la dirección del país precisa un cambio de rumbo. Cambio que veo complicado puesto que desgraciadamente somos esclavos de las directrices de la Unión Europea. Nuestros políticos —todos— son marionetas del dios Economía.

El problema es que desde hace un tiempo, nos empeñamos en cambiar la situación a través de internet, y especialmente de las Redes Sociales. Hay una especia de "concurso" en el que hay que inventar la etiqueta —hashtag— o tendencia del momento —trending topic— más llamativo. Pensamos que cuantas más adhesiones tengan, más profundo es el cambio. Craso error. La inmediatez de internet y la ritmo vertiginoso que llevamos impide que estos cambios calen en la sociedad. Lo que en verdad necesitamos es un cambio radical en todas las estructuras del Estado. Tenemos que luchar contra el paro, contra la corrupción, contra la evasión de impuestos... Hay que conseguir una educación, una sanidad, unos servicios sociales excelentes. Hace falta gente honesta, trabajadora, que anteponga los intereses generales a los particulares y por supuesto a los partidistas. Y por supuesto hay que pensar en las personas y cuidarlas, y no en los bancos.

Piensen.

Sean buenos.

La canción regalo de hoy es "The Fly" del disco Achtung Baby de 1991. Trata del poder de la televisión, pero se puede aplicar al poder de internet. Un temazo con todas las letras. De lo mejorcito. Recomiendo escuchar la canción a un volumen muy alto. Disfruten. Es U2.

Abandono escolar temprano

Según Eurostat, la tasa de abandono escolar temprano en España, es decir, el porcentaje de alumnos que no prosiguen sus estudios tras terminar la enseñanza obligatoria, es del 30%. La tasa duplica la media europea que es del 14%. No se alarme, estamos por encima de Portugal y Malta. Quien no se consuela es porque no quiere. Para que se haga una idea: En la clase de su hijo, o hija como dirían los posmodernos trasnochados, donde hay unos 30 o 35 niños, 10 renunciarán a continuar sus estudios. Es un dato sencillamente escalofriante.

Desde el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte se pretende reducir esta cifra hasta el 15%... ¡en 2020! Se puede responsabilizar de esta situación a quienes deseemos. A la Administración, a los colegios, a los propios padres, e incluso a los alumnos. Para poder solucionar este problema lo ideal sería conocer sus causas en profundidad para así, poder atajarlas sin contemplaciones. Animo a los responsables a que se pongan a trabajar de inmediato, porque la cuestión no es un tema baladí. Sé que es una empresa ardua pero estamos jugándonos nuestro futuro.

Pero, ¿saben qué es lo que más me preocupa? Que si somos un pueblo ignorante, somos un pueblo manipulable. Estamos a merced de cualquier desaprensivo y no olvide que en España se consumen más de cuatro horas de televisión al día, y no precisamente programas culturales, aunque lo sé, usted sí que es de los que ve los documentales de La 2. No quiero imaginármelo, pero supongan, aunque sea por un instante, que algún político desalmado utiliza esta ignorancia para su beneficio propio... Me dan escalofríos.

Piensen.

Sean buenos.

La canción regalo de hoy es "I will follow". Primer gran éxito de U2 en el ya lejano 1980, con su disco de debut "Boy", aunque esta versión es del directo "Under a blood red sky". Disfruten. Es U2

La Princesa del Guisante

Querida Laura.

Llevas mucho tiempo pidiéndome que escriba un artículo en mi blog sobre ti. Hoy es el día indicado. Hoy, por fin, es tu cumpleaños y he decidido dedicarte un artículo.

Por fin puedes celebrar que tienes ¡siete añazos! Ya eres muy mayor, así que a partir de hoy tienes que portarte muy bien y obedecer siempre a papá y a mamá, aunque no te guste. Y ¿sabes por qué? Porque tus padres somos quienes más te queremos en el mundo y siempre te diremos cosas buenas. No hace falta que las comprendas todavía, puesto que eres un poco pequeña para eso. Tú, de momento, obedece y te prometo que todo te irá bien.

No sabes cómo me gusta que te acurruques conmigo y me digas que me quieres todos los números hasta el final y volver. Y aunque seas capaz de descubrir que hay un guisante debajo de cien colchones eres mi pequeñita y te quiero mucho. Y yo te quiero hasta el infinito y más allá.

Un beso gigante.

Papá.

Hoy no voy a poner como canción regalo a U2, hoy voy a ponerte una canción que te gusta mucho más. ¿A que sí?

http://www.youtube.com/watch?v=TV5Va6mnxjI

Revisión ginecológica

El otro día, mi mujer —a quien venero— acudió a su médica de cabecera para solicitarle una revisión ginecológica. No era algo urgente, simplemente quería realizarse un reconocimiento periódico puesto que hacía tiempo que no se había realizado ninguno. Es más, así se lo hizo saber a su médica, exponiéndole que no le importaba esperar, puesto que entendía que podía haber casos urgentes que precisen una atención preferente. La respuesta de su médica fue tajante. No puede derivar a otro servicio a ningún paciente si no hay una causa justificada, es decir, una enfermedad. Y afortunadamente no la hay.

Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) —y desde cualquiera que tenga sentido común— se recomienda realizar una revisión de este tipo, al menos una vez al año, para evitar problemas futuros. Como es lógico, siempre será mejor prevenir que curar. Y por si los responsables de Sanidad no lo saben, es más barato realizar revisiones que curar un cáncer, por poner un ejemplo. No quiero volver a oír nunca más a nadie del Ministerio de Sanidad, o de las correspondientes Consejerías de las diferentes Comunidades Autónomas, pedir a las mujeres que se hagan reconocimientos médicos. Es una pantomima.

Señores responsables: Es bastante sencillo. Queremos una sanidad pública de calidad. No es un regalo de Papá-Estado. Es un derecho adquirido, puesto que lo estamos sosteniendo con nuestros impuestos. ¿O quizá hubo alguna orden "de arriba" que impidiera realizar estas revisiones ginecológicas, para fomentar así que se acuda a la sanidad privada? ¿Quién ha sido el lumbreras que ha dictado semejante disparate? Imagino que todo esto es debido a los recortes que están devastando el país. ¿Por qué no aplican estos recortes a todas las superfluidades que tienen los políticos —auténticos artífices, junto a los banqueros, de la situación actual— y dejan a la gente tranquila? Siempre pensé que los políticos iban a dejar el país como un solar. Fui infinitamente generoso en mi discurso. ¡Se están llevado el solar!

Piensen.

Sean buenos.

La canción regalo de hoy es un temazo espectacular: Bono junto a Frank Sinatra cantando "I've got you under my skin". La Voz junto a LA VOZ. Disfruten.

Infanta imputada

Es evidente que la noticia más importante de la semana ha sido la imputación, por parte del juez de instrucción, José Castro, en el "caso Urdangarín" a la Infanta Cristina. No voy a entrar si finalmente testifica o no, me quedo con el hecho en sí. Nuevo varapalo a la, cada vez peor valorada, institución monárquica. El Rey debe tener pavor a abrir los periódicos por las mañanas por si aparece alguna nueva noticia que menoscabe aún más la opinión que tenemos los españoles de la monarquía. Si en 1992 la reina de Inglaterra, Isabel  II, consideró aquel año como annus horribilis, don Juan Carlos debería considerar que estamos en una década terrible, por la cantidad de escándalos que han asolado la Casa Real.

Empero, lo que más me ha llamado la atención ha sido la respuesta de la clase política ante tal hecho. El Presidente del Gobierno, con su tibieza habitual, ha manifestado su total respeto a la Justicia, a la vez que respeta la presunción de inocencia. El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, se desmarcó diciendo que la imputación no beneficia a la marca España. El PSOE por su parte pide que se deje actuar a la Justicia y pide a la Casa Real que sea neutral. Desde IU se congratulan con la noticia, pues afirman, que más vale tarde que nunca. Y así podríamos seguir repasando las distintas formaciones políticas.

Es llamativo que nadie, absolutamente nadie ha apoyado a la Casa Real, o lo que es lo mismo, a la Monarquía. Es evidente que nadie se ha querido implicar en un caso que puede salpicar a su partido político por mostrar su apoyo. No hablo de apoyar a la Infanta, puesto que de eso se ocupan sus abogados, sino de apoyar a la Monarquía, es decir, a nuestra forma de gobierno. Se puede estar a favor o en contra de la Monarquía, eso es lícito, pero no se puede estar en contra del concepto de país. Si no queremos una monarquía, que sea una república. Si queremos un estado autonómico o federal que así sea, pero todos unidos. Todos luchando por lo mismo. Otro camino nos lleva al caos. Decía Azaña nada más conocer la sublevación militar del 18 de julio de 1936: "Os permito, tolero, admito, que no os importe la República, pero no que no os importe España. El sentido de la Patria no es un mito".

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy es "A sort of homecoming" que muestra la alegría de volver a casa. A su casa. Disfruten. Es U2.

Falso racismo

Hace un par de meses que me han contratado como trabajador social en un albergue de personas sin hogar. Me gustaría compartir con ustedes una experiencia que me llamó la atención. El otro día acudió al albergue un chico de origen magrebí solicitando un bocadillo. Hasta aquí todo normal, es una práctica habitual. Le ofrecí un bocadillo de mortadela, puesto que ese día era lo único que podía ofrecerle. Él protestó airadamente —ya saben ustedes que los musulmanes no comen este animal—. En ese momento me llamó racista y me dijo que él tenía derecho a acudir a cualquier sitio y pedir lo que necesitara, y mi obligación era satisfacer sus demandas. 

Tiene toda la razón en que nuestro trabajo es satisfacer sus demandas... siempre que esté en nuestras manos, pero en esta ocasión no era el caso. No tenía otra cosa que ofrecerle. Hice todo lo que pude. No olvidemos que la comida que entregamos es la que nos regala generosamente la gente o de los excedentes de la Unión Europea. Por otro lado no pienso gastar ni un segundo en defenderme de la acusación de racismo. Podría hacer lo que está muy de moda actualmente, que es decir que tengo muchos amigos negros —de color dirían los posmodernos trasnochados— o de otras religiones y culturas, pero no lo voy a hacer, sencillamente porque no me da la gana. Sé que no soy racista. 

Y he aquí un gran problema. Las falsas acusaciones de racismo. Muchos extranjeros cuando no consiguen lo que desean, insinúan que su interlocutor es racista, presionándolo así. O lo que es peor, a la propia Administración Pública. No entiendo esa manía de acomplejados que tenemos. Que alguien me explique por qué tienen más beneficios unas personas que otras por el mero hecho de ser extranjeras. Lo justo sería favorecer a quien más lo necesita, sea de donde sea y cualesquiera que sean sus características, y no por ser de diferente país, religión, sexo, edad... Seamos serios y ayudemos a quien de verdad lo precisa, que la situación es bastante grave ya. Con razón decía Aristóteles en el siglo IV a. C.: "Tan injusto es tratar desigual a los iguales como igual a los desiguales" (Moral a Nicómaco. Libro quinto, capítulo III).

Piensen.

Sean buenos.

La canción regalo de hoy es "Silver and Gold". Es una rara versión interpretada por Bono, Keith Richards y Ron Wood (casi nada) en el disco "Sun City" de artistas contra el Apartheid. Disfruten.