domingo, 28 de diciembre de 2014

Feliz Vanidad

No. No se trata de una errata. He escrito conscientemente feliz vanidad y no Feliz Navidad. Siga leyendo y le explico porqué.

Seguramente, muchos de ustedes —si no la mayoría— recuerdan la exitosa película británica de 1997 Full Monty. No en vano aspiró a cuatro premios Óscar, incluyendo mejor película, aunque finalmente solo logró alzarse con la estatuilla a mejor banda sonora, ante el abrumador éxito de la superproducción de James Cameron Titanic. En esta cinta, un grupo de parados, ante la acuciante necesidad económica, deciden hacer un espectáculo completamente desnudos en su localidad. De ahí precisamente toma su título la película, en darlo todo. La película fue un éxito rotundo. Incluso se la considera la una de las mejores comedias de todos los tiempos.

Fue tal la popularidad de la historia, que muchos para lograr financiación, han imitado a los protagonistas de nuestra historia apareciendo desnudos en distintos eventos, especialmente calendarios. Los suelen llamar calendarios solidarios. No importa el gremio: Deportistas, asociaciones de todo tipo, comerciantes, e incluso policías y bomberos. Todos se han apuntado a la moda. No dudo que todos tienen un fin loable y que tienen todo el derecho del mundo a hacer lo que más les plazca. ¡Faltaría más! No soy nadie para decirle a alguien lo que debe o no debe hacer. Simplemente me llama la atención que todos estos calendarios ¿solidarios? sean con desnudos. La primera vez tuvo gracia, pero ¿no se les ha ocurrido nada mejor en estos casi 20 años? ¿Nadie ha pensado en paisajes, cuadros famosos, imágenes realmente hermosas...? No. Es triste, pero en el siglo XXI sigue existiendo interés por ver unos cuerpos semidesnudos cuando tenemos toda lo que deseemos al alcance de un clic.

En el caso de los bomberos por ejemplo, que es uno de los más demandados debido a los esculturales cuerpos de los protagonistas, estos calendarios desprestigian a la propia profesión. ¿Personas que se juegan la vida para salvar a los demás necesitan mostrar o insinuar sus encantos para que la sociedad los valore y ganar unos pocos euros? Es posible que lleguemos al quid de la cuestión. A lo mejor tras las imágenes solidarias de cuerpos apolíneos se oculte la verdadera razón de todo esto: La vanidad. No como algo digno de enorgullecerse, sino como algo insignificante y vacuo. Ya lo recoge el libro del Eclesiastés: Vanitas vanitatum, omnia vanitas, Vanidad de vanidades, todo es vanidad. Y ahora sí: Feliz Navidad a todos.

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy viene de la mano de @paulisalcocer. Mi buena amiga mexicana propone para hoy la canción I'll be over you. Adelante con ella. Espero que les guste. Con todos ustedes: Toto.


domingo, 21 de diciembre de 2014

¿Cierran "Sálvame"?

La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) ha avisado a Mediaset, y en concreto a Tele5 para que adecúe, en un plazo máximo de diez días, los contenidos del programa Sálvame a las franjas de protección infantilRecordemos que el programa se emite diariamente de 16 a 20h, y que el horario infantil protegido es de 17 a 20h. Considera que algunos programas deberían haber sido calificados para una edad superior, ya que sus contenidos no eran aptos para menores de siete años. En concreto señala actitudes intolerantes, racistas, sexistas, violentas... Peccata minuta para los responsables de Tele5... ¿o  era TeleCirco?

En su defensa, el presentador del programa, Jorge Javier Vázquez responsabiliza a asociaciones ultraconservadoras de buscar intereses ocultos y a la competencia, en concreto a Antena 3, de emitir en el mismo horario series donde hay abusos, violaciones, asesinatos... Ya saben que es más fácil encender el ventilador que analizar las miserias de cada uno. Que no se preocupen los seguidores del programa: A estas horas, parece que han encontrado la  solución al problema. Dividir el programa en dos: Hasta las 17h existirá un programa más ácido Sálvame Limón— y a partir de esa hora otro más dulce Sálvame Naranja—. Ya saben, hecha la ley, hecha la trampa. Miedo me da saber qué estarán preparando. 

Es cierto que la tele no tiene que ser la canguro de mis hijos, pero eso no exime a la cadena de su responsabilidad. Sería bueno, que por lo menos en horario infantil, Tele5 y todas las cadenas respetaran a los menores. Por cierto, ¿la palabra respeto sigue en el diccionario de la Real Academia Española o ya ha desaparecido por obsoleta? A pesar de que el propio Jorge Javier defina el programa como neorrealismo televisivo, la realidad es que toda la vida se ha llamado a estos programas telebasura. Sálvame siempre ha sido y seguirá siendo un programa cuyo único objetivo es buscar el escándalo fácil, el morbo y el sensacionalismo barato. Sería bueno que los responsables de Tele5  dejen de buscar fantasmas para cerrar programas y recuerden que la ley está para cumplirla. Que haya dos millones de telespectadores, no significa que tengan razón. Eso significa únicamente que hay dos millones de personas que disfrutan con la telebasura. Cosa bien distinta. Si tan convencidos están de su programación ¿por qué no la emiten fuera del horario infantil? ¿O entonces perderían los miles de televidentes en hospitales, residencias, salas de espera y demás sitios donde las televisiones están sin sonido?

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy viene de la mano de la gran @MarisolGaldon. Su recomendación es What do you want to be? Dice la canción: ¿Quién quieres ser hoy? ¿Quieres ser como alguien de la tele? Con todos ustedes: Oingo Boingo!



domingo, 14 de diciembre de 2014

Españoles de postín

Según informaron varios medios, Marc Márquez, nuestro flamante bicampeón del mundo de MotoGP, decidió establecer su residencia en Andorra. Aseguraba el señor Márquez que era para evitar la presión de los aficionados y que la capital andorrana dista a escasas dos horas de su casa familiar. Como es lógico, al minuto siguiente de conocerse la noticia, arreciaron las críticas acusándole de no querer pagar impuestos, ya que de esta forma, el joven piloto que gana la nada despreciable cantidad de 10 millones de euros, pagaría solo 30 000 euros al año. Pocos días después el propio Márquez aprovechó una rueda de prensa para asegurar —llorando— que seguirá pagando sus impuestos en España.

Desgraciadamente no es un hecho aislado. Son muchas las celebridades que han decidido fijar su residencia fuera de España para evitar así al fisco. Supongo que serán los mismos que consideran pagar impuestos como una multa impuesta por el Estado y que solo unos pocos elegidos son capaces de sortearla. Seguramente serán los mismos que excusan su actitud asegurando que la carencia de servicios públicos de calidad justifica no pagar esos impuestos. También son los mismos que presumen de españolidad ondeando banderas.

Quienes deberíamos llorar, y no el joven piloto, somos nosotros, los que pagamos religiosamente todos nuestros impuestos. Algunos porque no pueden fijar su residencia en Andorra, Suiza o en otros paraísos fiscales... y otros porque somos honestos. La gente está cansada de ver como unos sinvergüenzas —llámense deportistas, músicos, políticos...— evaden impuestos mientras los demás pagamos inexorablemente. Quizá lo peor es ver la impunidad de estos actos, repetidos constantemente, mientras el populacho lo aplaude si el defraudador es de su equipo, de su partido político o un músico de su agrado; o lo reprueba si es al revés. A lo mejor todo sería más fácil si todos fuéramos honestos y pagáramos nuestros impuestos...

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy es In transit de Albert Hammond Jr. Dice la canción que se siente libre de todo y que no le va a cambiar hasta que él quiera... Como estos salvapatrias de tres al cuarto. Con todos ustedes: Albert Hammond Jr!


domingo, 7 de diciembre de 2014

Violencia en el fútbol

Gracias a la generosidad de mi buen amigo Javier, desde hace seis años acudo cada quincena al Santiago Bernabéu a acompañar a mi hijo —muy a mi pesar he de decir, pues el muy bribón desoye mis doctos consejos y se hace seguidor del equipo blanco en lugar del equipo de mis amores, el Real Racing Club de Santander—. En este tiempo jamás hemos tenido ningún incidente, y ni siquiera hemos sentido el más mínimo sentimiento de peligrosidad por acudir al fútbol, al contrario, lo vivimos como un momento entrañable y divertido. Y eso que hemos vivido los partidos-guerrilla con Mourinho en el banquillo merengue. Aún recuerdo la vergüenza que me daba presenciar semejante espectáculo. Afortunadamente, emplee ese tiempo en enseñar a mi hijo precisamente lo que NO se debe hacer.

Tras el asesinato de Francisco Javier Romero, alias Jimmy el pasado domingo en una reyerta entre aficionados —o quizá deberíamos decir descerebrados seguidores— del Atlético de Madrid y del Deportivo de La Coruña, han sido muchas las voces reclamando el fin de la violencia en el fútbol —incluso del propio fútbol de la sociedad—. No olviden que quienes organizan encuentros para pegarse son unos delincuentes que se escudan en el fútbol, y si no, observen los historiales delictivos de estos sujetos. No creo que nadie en su sano juicio pueda enfrentarse con otra persona por el mero hecho de ser de otro equipo. La Liga de Fútbol Profesional (LFP), el Consejo Superior de Deportes (CSD) y la Federación Española de Fútbol (RFEF) mantuvieron una reunión en la que acordaron cerrar gradas, perder puntos e incluso descender de categoría a los clubes que colaboren directa o indirectamente con los ultras.

Es cierto que en el fútbol sobra mucha gente, pero no solo vándalos disfrazados de seguidores, sino jugadores, directivos, periodistas forofos, etc. Todo sería más sencillo si la gente tuviera esa cosa tan extraña que se llama EDUCACIÓN. Educación que empezaría por los propios protagonistas. Es inaceptable que los jugadores finjan para engañar al arbitro, o que incluso agredan subrepticia, o descaradamente incluso, al adversario. O que los directivos apoyen a estos grupos violentos para perpetuarse en la poltrona, o que faciliten entradas o viajes a gentuza que se escuda en el fútbol para desbocar su frustración. Educación es que las declaraciones, los análisis y la moviola pospartido de los periodistas-forofos no incluyan descalificaciones. También es impedir que en los cánticos de los aficionados se insulte gravísimamente al rival o se imiten sonidos simiescos cuando es un jugador negro quien tiene el balón. En resumen, educación es ir al fútbol a disfrutar. Como hago yo y como hacemos la mayoría de las personas que vamos al estadio. Incluir a todos en el mismo saco es una injusticia. Y si alguno, se llame como se llame, no cumple las normas se le echa a la calle, pero claro ¿quién es el valiente que se atreve a quitar el circo a esta sociedad?

Piensen.
Sean buenos.

Siguiendo el consejo musical de Bagatela, la canción regalo de hoy es Fever, fiebre, que concentra la idea de cuando la pasión se convierte en algo enfermizo. Con todos ustedes: The Black Keys.
https://www.youtube.com/watch?v=uivp4qs3UZk