domingo, 31 de diciembre de 2017

Aporofobia

La Fundación del Español Urgente (Fundéu) ha elegido la palabra del año 2017. Para alcanzar este galardón debe cumplir varios requisitos. Que hayan estado presentes en el debate social y en los medios de comunicación y que ofrezca interés desde el punto de vista lingüístico. De esta forma, la palabra del año es Aporofobia. Fobia a las personas pobres o desfavorecidas. Fue acuñada hace más de veinte años por la filósofa y catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, Adela Cortina. Señala esa diferencia entre rechazo a los extranjeros, como es xenofobia, y a los pobres, los inmigrantes, los refugiados... puesto que los millones de turistas que nos visitan cada año no nos producen ese rechazo. Ni por supuesto las rutilantes estrellas del balompié, aunque luego no paguen sus impuestos.
Esta semana hemos conocido que en el madrileño distrito de Villa de Vallecas, en el barrio de Santa Eugenia, se alquilan balcones para que los más pobres duerman por 50 euros. Y, si el balcón es cerrado, el precio sube unos 20 euros más. Eso sí, con derecho a usar el baño y la cocina. Hay incluso menores durmiendo en estas condiciones. En algunos casos, el espacio es tan exiguo que duermen sentados. ¿Se imagina usted estar en su cama calentito, mientras hay alguien en un balcón, a la intemperie, muriéndose de frío, y encima cobrarle por ello? ¿Podría conciliar el sueño? Hay gente que sí. Ha tenido que ser el párroco de San Juan de Dios, Gonzalo Ruipérez, quien lo haya denunciado ante la excesiva demanda de mantas. Afortunadamente, sentimos rechazo hacia los pobres. Cuando hay otras fobias se combate hasta la extenuación, en el caso de los pobres, la cosa cambia.

No sé qué es peor. Si el desconocimiento de esta situación por parte de los Servicios Sociales, o su inacción. Sea como fuere, es bochornoso. Intolerable. Alguien debería dar una solución inmediata, o irse a su casa. Que las luces de Navidad no le confundan. Que el despilfarro de estas fechas no le engañe. Hay pobres, hay parias en nuestro país, en nuestras ciudades y en nuestros barrios. Y nos los queremos ver, porque en el fondo nos denuncian. Nos están diciendo muy claramente que somos unos egoístas y que no nos importan. Preferimos vivir ajenos a ellos. ¿Será esto la aporofobia? ¿Y si en lugar de sentir rechazo, probamos a avergonzarnos de que siga habiendo pobres?

Piensen.
Sean buenos. Sobre todo en estas fechas si quieren que los Reyes Magos les traigan regalos.
¡Feliz año nuevo!

Siguiendo con la tradición, la canción regalo de hoy no podía ser otra. New Year's Day. Espero que todos tengan un 2018 fantástico. Espero seguir contando con todos ustedes. Con todos ustedes: ¡U2!
https://www.youtube.com/watch?v=0h-qC9Cg4I0

domingo, 24 de diciembre de 2017

Recaudación de multas y pobreza

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha recaudado en multas, a través de sus radares fijos, durante este año 2017 y hasta finales de noviembre, más de 70 millones de euros. Es decir, más de 200 000 euros diarios. Una cantidad astronómica. Durante este año se han puesto casi dos millones de multas. De esta forma, cada conductor ha abonado de media 40,53 euros este año que se nos va. Es importante señalar que de esta cantidad están excluidos los cinemómetros móviles y los gestionados por otras entidades, como los de la M30, cuya recaudación es tramitada por el Ayuntamiento de Madrid y los radares de Cataluña y País Vasco que tienen trasferidas las competencias de Tráfico.
Aseguran desde la DGT que el objetivo de estos radares es reducir la siniestralidad y no tiene afán recaudatorio. No. No se rían. Nuestros mandamases ni siquiera se sonrojan cuando se mofan de nosotros. Por eso sitúan los radares en las rectas kilométricas de las autovías y no en las carreteras secundarias, donde se producen la mayoría de los accidentes con víctimas mortales. Y, como es lógico, la cifra de fallecidos aumenta año tras año. Para que se hagan una idea, en un año mueren en las carreteras españolas más personas que los asesinados durante todo el terrorismo de ETA. Por supuesto, siempre el culpable del accidente es el conductor o el vehículo. Jamás oirá que la vía estaba en un estado deplorable o que la señalización era vergonzosa. No me malinterprete. Nadie en su sano juicio quiere eliminar las sanciones de tráfico. Hay auténticos descerebrados con un volante en las manos.

Aún así, permítanme hoy presentarles una propuesta. Ya que no se invierte el dinero recaudado por las multas en mejorar las carreteras, ni en seguridad vial, sino que se emplea íntegramente en la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil —y con escaso éxito como vemos—, les planteo emplear esos millones en ayudar a familias desfavorecidas o en entidades que trabajan para eliminar la pobreza. Estoy seguro de que esta Navidad hay muchas familias pasando hambre, frío, sin juguetes para sus hijos... Ya que el fin de las multas no es recaudatorio, que lo demuestren con hechos, ayudando a quienes más lo necesitan, a los últimos. Hay casi 13 millones de personas en España en riesgo de exclusión social. Hagan ustedes mismos las cuentas.

Piensen.
Sean buenos.
¡Y por supuesto FELIZ NAVIDAD!

Solo una maestra de las canciones regalo como doña @BeatrizBagatela, la musa musical de este blog, puede proponer canciones como la de hoy. Vampires. Vampiros. Tema con fuerza, con garra, y con un estribillo lleno de energía y de ironía, como la propuesta que hoy les traigo. Incómodo a veces con esa voz de gato llorón que tiene el cantante, pero ¿son vampiros con hambre de recaudación? Con todos ustedes: ¡Le Trouble!
https://www.youtube.com/watch?v=s21FXDA0FCE


domingo, 17 de diciembre de 2017

Un país en guerra

El pasado domingo, Jordi Hernández Borrell, director del Instituto de Nanociencia y Nanotecnología de la Universidad de Barcelona, publicó un tuit afirmando que Miquel Iceta era un ser repugnante, un impostor, un ignorante y un demagogo. Además aseguró que tenía los esfínteres dilatados. No era la primera vez que zahería al dirigente socialista. Anteriormente lo había calificado de payaso, capullo, ser malévolo... Ante el revuelo mediático generado, el señor Borrell ha pedido disculpas públicas y ha presentado su dimisión. Incluso la Fiscalía de Barcelona investigará si existe un delito de odio y de discriminación por motivos de orientación sexual.
Por otro lado, nos encontramos a un mentecato subido en un tanque del ejército amenazando a Carles Puigdemont y a Pablo Iglesias. No merece ni valoración. Terminamos una semana con la máxima locura imaginable. En Zaragoza, un hombre ha fallecido tras una discusión en un bar. Según ha trascendido, parece que la causa de la riña fue que la víctima portaba unos tirantes con la bandera de España. A la salida del bar, lo golpearon en la cabeza con un objeto contundente y le patearon, lo que le provocó traumatismo craneoencefálico severo y muerte cerebral. Tras unos días en coma, finalmente falleció. Hay quien justifica el homicidio por las ideas políticas de la víctima. Se da la circunstancia de que el presunto agresor —ya detenido— fue condenado a cinco años de cárcel por dejar tetrapléjico a un guardia urbano en 2008, aunque él siempre ha defendido que es inocente y que todo es un montaje policial. 

¿Este es el país que vamos a dejar a nuestros hijos? Un país repleto de odio. En el que nadie se sorprende si un profesor de universidad denigra sin misericordia a otra persona. Afortunadamente hemos puesto el límite en la condición sexual. ¿Eso quiere decir que los demás insultos son aceptados por la sociedad con normalidad? Un país en el que un imbécil amenaza a otros por tener ideas políticas diferentes a las suyas y a las que considera casi dogmas. Terminando por otro animal que mata a otro por llevar unos tirantes. Vivimos en un país en estado de guerra permanente. Instalados en el odio, el desprecio al otro, la confrontación... Un país empeñado en destruirse, avergonzado de sí mismo, dividido y ciego. Quizá ya es hora de dejar atrás esos complejos y construir juntos un lugar donde vivir. En paz.

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy es Sunday bloody Sunday. Me encanta la fuerza de esta versión en directo durante su gira de 1987. Aparte, el discurso central de Bono se adapta perfectamente al espíritu de lo que trato de decir en el artículo. He seleccionado una versión traducida para los no angloparlantes. Con todos ustedes: ¡U2!
https://www.youtube.com/watch?v=No_nExDgjVc

domingo, 3 de diciembre de 2017

Adictos a la pornografía

Permítanme presentarles hoy a Crispín. Es un chico de 26 años que está en el albergue de personas sin hogar donde trabajo desde que llegó de su Chile natal, hace algo más de un mes. Su comportamiento siempre ha sido ejemplar: Participativo, motivado para el cambio, servicial... El próximo día 1 de enero comenzará a trabajar como auxiliar administrativo en una empresa. Ya tiene el contrato firmado. Les aseguro que es un chico magnífico. Esta semana lo hemos sorprendido descargando pornografía en los ordenadores del centro. Hay quien opina que debemos expulsar a Crispín del centro.
Esta semana también, Neil Lewis, un antiguo detective de Scotland Yard, ha revelado que encontró miles de fotografías de pornografía en el ordenador de Damian Green durante una investigación acerca de filtraciones del Gobierno. Según las declaraciones del detective, no parece que hubiera material delictivo en el ordenador. El señor Green es actualmente Secretario de Estado del gobierno de Theresa May y, a la sazón, diputado y portavoz de inmigración del Partido Conservador. El implicado ha negado todo y ha calificado de completamente falsas las acusaciones. Hay quien opina que debe dimitir.

No voy a justificar la pornografía. Nada más lejos de mi intención. Estoy absolutamente en contra. El problema quizá es que en pleno siglo XXI se realiza un juicio moral. Y por supuesto la sentencia es condenatoria. La honestidad es de cintura para arriba y la honradez, de cintura para abajo. Ignoro porqué seguimos prefiriendo a un honrado a un honesto. Yo sigo prefiriendo a Crispín que a cualquier político que meta la mano en la caja. Por otro lado, estoy convencido de que ninguno de ustedes ha perdido el tiempo en el trabajo leyendo la prensa deportiva, o navegando por sus redes sociales. Sé que no es comparable, pero en el fondo lo que hacemos es juzgar al otro. Con nuestra vara de medir. 

Piensen.
Sean buenos.

¡Ya está aquí! ¡Ya llegó! La canción de hoy no podía ser otra. The Blackout. El apagón. Del nuevo disco Songs of Experience de los irlandeses. Salió a la venta el viernes 1. Lo digo por si algún alma caritativa se ofrece a regalármelo. Gracias por adelantado. Con todos ustedes: ¡U2!
https://www.youtube.com/watch?v=PaJCFHXcWmM