domingo, 25 de marzo de 2018

Selficidio

Esta semana, en Barcelona, una niña de 14 años se quedó colgada de una viga en un edificio a cuarenta metros del suelo, a la altura de un octavo piso. Su idea era que un amigo la fotografiara realizando la hazaña, para subir esa foto a las redes sociales. Desgraciadamente, no pudo regresar a la azotea y tuvo que ser socorrida por los Mossos d'Esquadra. Todo quedó en un susto morrocotudo, y no hemos tenido que lamentar una tragedia mayor. No es algo baladí, en España, de 2014 a 2016, han fallecido cuatro personas al hacerse autofotos, o autorretratos como se ha dicho toda la vida —selfies dicen ahora los posmodernos trasnochados— . En el mundo, esa cifra asciende a 49. 
Es lo que han llamado Selficidio. Fallecer al hacer un autorretrato. Seguro que ha visto a muchas personas en los medios de comunicación haciéndose fotos en lugares peligrosos. Un encierro de San Fermín, encaramados a lo alto de un rascacielos o cualquier edificio emblemático, ante desastres naturales, conduciendo de forma temeraria, junto a animales salvajes... la lista es interminable, como la estupidez humana. Y las razones son variadas. Por un lado, el innegable exhibicionismo de esta sociedad. Por otro, la adicción incontrolable a la adrenalina, buscando superar límites absurdos, donde todo nos parece insuficiente y, por supuesto, la búsqueda incesante del reconocimiento de nuestros seguidores en las redes sociales

Estamos creando hijos idiotas. Saciados de caprichos, sin deberes, pero con todos los derechos. Les hemos inculcado que lo más importante en la vida es triunfar. Tener dinero. Ser reconocido. Y ellos, que han nacido con la tecnología bajo el brazo, han proyectado ese éxito a las redes sociales. Buscan todo ese éxito efímero en la red. Nadie les ha explicado que los actos tienen consecuencias. Y en algunos casos, trágicas. Resulta dramático que la generación que más fácil ha tenido el acceso a la educación, sea de las menos preparadas de la historia. Son una generación de memos. Consentidos y caprichosos. Nosotros, los padres, les hemos facilitado todo lo que desean, incluso privándonos nosotros de necesidades básicas. Pero se nos olvidó un pequeño detalle. La responsabilidad. Puede que tengan razón quienes aseguran, humorísticamente, que es selección natural, donde solo sobreviven los mejor preparados.

Piensen.
Sean buenos.

Nuevamente, doña @BeatrizBagatela, nos obsequia con su canción. La elegida en esta ocasión es Shake. Un tema potente, cuyo objetivo es provocar reacción, sacudir. Quizá sea lo único que sirva a estas alturas. Una buena sacudida y que se estrellen. Y que el fracaso sea su gran aliado para aprender. con todas ustedes: ¡Mando Diao!
https://www.youtube.com/watch?v=uyIYZP1EILY


domingo, 18 de marzo de 2018

Despierta

Quizá sea cosa mía pero, de un tiempo a esta parte, he observado una tendencia en las noticias que me asusta. Es indiferente el medio que se emplee para estar informado, el resultado es el mismo. Da igual que siga las noticias a través de la televisión, de la radio, de la prensa escrita, o a través de internet... Las noticias se repiten machaconamente día tras día en todos, o para ser más justo, en casi todos los medios. Cada vez que veo las noticias pienso en el principio de exageración y desfiguración de Goebbels, ministro de propaganda naziConvertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave. ¿No es exactamente esto lo que están haciendo los grandes medios de comunicación?  
Si ves este señal... Judío. Cartel antisemita diseñado por Goebbels.

¿No le llama la atención que la mayoría del espacio de las noticias esté dedicada a la situación en Cataluña? Por cierto, qué hartazgo. Estoy convencido de que la mayoría  de ustedes desconectó hace tiempo de la realidad, y son pocos a quienes interesa saber cada movimiento de unos y otros. También ha sido exhaustiva —y en algunas cadenas de televisión repugnante— la cobertura mediática que se ha dado al trágico e incomprensible asesinato del niño Gabriel el Pescaíto. ¿No le sorprende la cantidad de minutos que se emplean en las noticias para informarnos que hace frío en invierno y calor en verano? ¡Por no hablar del fútbol! Conocemos hasta los peinados de las rutilantes estrellas del balompié. 

Es evidente que hay alguien interesado en que usted no piense. Interesado en que a usted le preocupen ciertas noticias y no otras. Si a esto le añadimos un sistema educativo calamitoso, que crea analfabetos felices y orgullosos, la ecuación se despeja sola. Un populacho entretenido e ignorante. Y si no pensamos, nos convertimos en influenciablesCon tantos peligros como acechan a nuestro mundo, me aterra pensar que podamos estar en manos de unos desalmados que solo miran por sus intereses. No hay nada más apetecible para los poderosos que un pueblo incapaz de pensar, un pueblo manso. Está claro que nos ocultan los beneficios de la clase política, o de los banqueros, o de los poderosos. Y nos regalan migajas para distraernos. Quizá por eso siempre termino mis escritos con las mismas frases. ¿Puede ser un buen momento para reflexionar?

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy es Despierta. Todavía existe una posibilidad de salvación. No te hundas. Despierta. Con todos ustedes: ¡Bunbury!
https://www.youtube.com/watch?v=Ig15W89WE-w

domingo, 11 de marzo de 2018

Sexting

Todos sabemos que la mayoría de los jóvenes de ahora disponen de un teléfono móvil o una tableta con conexión a internetTambién sabemos que nuestros jóvenes, nuestros hijos, tienen acceso a estos dispositivos cada vez a más temprana edad. Raro es el chico que no tiene acceso a una tableta con seis o siete años. De esta forma, se entretienen, y no dan la murga a los sufridos papás. En ese instante, se convierte en su herramienta de comunicación con sus iguales. La mayoría de sus conversaciones las realizan a través de aplicaciones de mensajería, tipo WhatsApp, o semejantes. Lo hacen con sus amigos, con conocidos, e incluso con desconocidos, a quien ellos llaman amigos. Es posible que no los hayan visto nunca, que jamás hayan hablado con ellos personalmente, que solo existan en sus redes sociales, pero como un día le dieron un megusta a alguna publicación, ya consideran que son de fiar. Es lo que trae esta sociedad tan tecnológica. 
Y uno de los peligros de este abuso de comunicación por internet es lo que se ha llamado SextingEs un nuevo anglicismo compuesto por sex —sexo— y texting —envío de mensajes de texto—. Es decir, enviar contenido de tipo sexual, especialmente fotografías o vídeos, a otras personas a través del teléfono móvil. Lo más peligroso es que los chavales de hoy están participando antes en esta nueva actividad, sin tener en cuenta los riesgos. Uno de cada siete jóvenes ha enviado alguna vez material sexualmente explícito, y uno de cada cuatro lo ha recibido. Una amiga me contó que vio este semana a tres niñas que no llegaban a los 14 años, en un parque, a plena luz del día, semidesnudas haciéndose fotos mientras decían que las subirían a Instagram.

Es famoso el caso de Emma Jones, una joven inglesa de 24 años que se suicidó por no soportar la presión tras la publicación de fotos suyas desnuda por parte de su ex novio. Tengo hijos de 11 y 14 años. Me aterra pensar que en sus clases, de treinta alumnos, cuatro hayan podido enviar fotos o vídeos sexuales. ¿No son conscientes del riesgo que supone? Una vez que la foto sale de su dispositivo, pierde el control sobre ella. ¿Qué buscan? ¿La aceptación de sus compañeros? ¿El amor eterno? Y lo que más me asusta. ¿Es la presión de grupo la que hace que cometan estas locuras? Tras estas insensateces, llegan los problemas. Acoso, chantajes... Y no piensen que sus hijos son siempre las víctimas. Algún día pueden ser los verdugos. Seguramente, nuestros mandamases creen normas para evitar estas conductas de riesgo, e incluso, creerán un teléfono de ayuda. Mucho me temo que la solución es mucho más compleja. Debe empezar por la educación. Una educación en valores. Y ahí, queridos amigos, la cosa se complica. Ánimo y no olviden cuidar de sus hijos.

Piensen.
Sean buenos.

Hoy es el cumple de mi madre, así que la canción regalo de hoy va dedicada a ella. Amor de madre. Sin ninguna duda. La mejor madre del mundo. ¡Cuántas veces hemos escuchado esta canción juntos! Te quiero mamá. Con todos ustedes: ¡Gabinete Caligari!

domingo, 4 de marzo de 2018

Esta gente... o Rigoberto

Permítanme presentarles a Rigoberto. Es un señor que vivía debajo de un puente desde hace más de diez años. Sí. Aunque le cueste creerlo, en nuestra sociedad, en nuestras ciudades, hay gente que vive en la calle. Que pasa hambre y frío. No hablo de países subdesarrollados. Hablo de España. Siglo XXI.  El otro día, por fin, y tras mucho insistir, decidió entrar en el albergue de personas sin hogar donde trabajo. Pueden imaginar su estado. Sucio. Con mal olor. Con problemas de alcohol y drogas. Carece de toda documentación vigente. No sabe siquiera si está empadronado. Tiene el DNI caducado desde hace doce años y, por supuesto, no dispone de tarjeta sanitaria... Sin hablar de su precario estado físico. Tiene una pierna amputada por un error médico y se encuentra muy deteriorado tras todo este tiempo sin ninguna atención y viviendo solo.
Persona sin hogar durmiendo a la intemperie en la zona de Callao de Madrid.
El otro día, durante una entrevista con él, comenzó a sangrar, inexplicablemente, por los ojos. Goteaba. Era algo aterrador. Tenía que ir a urgencias inmediatamente, pero él se mostraba reacio, así que decidí acompañarlo yo. Cuando nos vio la médica responsable —quien, por cierto, nos trató de manera maravillosa—, le dijo que tenía una lesión ocular, y que precisaba una atención en la consulta de oftalmología. Me entregó el informe diciéndome que era importante que solicitáramos cita con su oftalmólogo, pero si no iba a acudir a la cita, lo mejor era no solicitarla, porque esta gente colapsa el servicio. Comprendo que no es la primera vez que alguien que ha solicitado una cita médica con un especialista no acude, de ahí la desconfianza de la médica. ¿A quién no le ha ocurrido? Estoy convencido de que usted jamás ha olvidado una cita médica. Quizá esta gente no va porque entre sus prioridades no está esperar casi un año para recibir una atención médica, aunque sea muy urgente. Quizá, esta gente debe preocuparse por algo tan nimio como saber dónde va a dormir hoy. O qué va a comer. O si algún malnacido le dará una paliza de noche...

Pero lo más sorprendente es la definición. Esta gente. Tan peyorativa. Tan despectiva. ¿Qué gente? ¿Los pobres? ¿Los sin hogar? ¿Los alcohólicos? ¿Los enfermos? ¿A quien nadie quiere? ¿Los últimos? ¿La chusma que nos negamos a ver? Es tan sencillo estigmatizar que asusta. Vivimos saciados de todo y nos escandalizan los pobres porque denuncian nuestro egoísmo. Y eso no lo toleramos. Lo mejor es esconderlos. Que se note que somos una sociedad feliz. Próspera. Mil veces he pensado qué hubiera sido de mí si hubiera tenido la vida de las personas a quienes acogemos diariamente familias desestructuradas, violencia familiar, abusos sexuales, malos tratos, alcohol, drogas, enfermedad mental, depresión, desempleo...—. Mi respuesta siempre es que sería bastante peor que ellos. En ese mismo instante, cuando los justifico dejo de juzgarlos. En ese momento, nace la misericordia. Quizá por eso, no es esa gente, sino Rigoberto

Piensen.
Sean buenos.

Hacía tiempo que mi querida musa musical, doña @BeatrizBagatela no nos deleitaba con un regalo. En esta ocasión su canción es una delicia. Pausa. Tú qué sabrás si no vives dentro de esta jaula. Es el grito mudo de Rigoberto ante alguien revolucionado por la vida del día a día, y no supo hacer una pausa. Con todos ustedes: ¡Izal!
https://www.youtube.com/watch?v=KOKSKRxIB8I