domingo, 22 de abril de 2018

Juguetes rotos

Jesé Rodríguez es —o era— un jugador de fútbol. Cuando militaba en el Castilla, batió el récord goleador en una temporada que ostentaba una leyenda blanca, Emilio Butragueño. A sus 25 años tiene un palmarés envidiable: Dos Copas de Europa, un Mundial de clubes, una Supercopa de Europa, una Liga, una Copa del Rey, todas ganadas con el Real Madrid; y una Copa de la Liga y una Supercopa de Francia con el Paris Saint-GermainAlgunos aseguraban que era el futuro sustituto de Cristiano Ronaldo. Pero algo se torció. Tuvo una grave lesión y no volvió a ser el mismo. Fue traspasado al PSG, donde no triunfó dejando más escándalos que goles. Tras una cesión a la U.D. Las Palmas, con más pena que gloria, este año recayó en el Stoke City, y según cuentan los medios ingleses, será despedido, hartos de sus desplantes, envuelto en agrias polémicas ajenas al fútbol. Es un juguete roto. 
No es un caso excepcional. En todos los ámbitos nos podemos encontrar casos semejantes a este. Suelen ser jóvenes que han ganado una elevada cantidad de dinero muy rápido y no han sabido administrarlo con cabeza: Deportistas de alto nivel, actores, gente del mundo de la televisión y la farándula... En alguna ocasión suele aparecer en los medios de comunicación algún famoso que se encuentra solo, arruinado, triste, al borde de la depresión o que ha muerto en el más absoluto de los olvidos. Sin ir más lejos, por el albergue de personas sin hogar donde trabajo, han pasado músicos de bandas internacionales famosísimos, cuyas canciones nos sabemos todos; personajes de la televisión y del mundo del espectáculo. Si yo les contara... No es oro todo lo que reluce. Resulta dramático verlos llegar a nuestro centro, totalmente abatidos. Con la sensación de haber tocado fondo.

Esta es la sociedad que hemos creado. Todos somos responsables. La trituradora de carne. Los utilizamos para hacernos reír, y cuando nos cansamos de sus gracietas, los despreciamos. Que pase el siguiente. El espectáculo debe continuar. No todos saben asumir ese paso a un lado y terminan devorados por el alcohol o las drogas. O participando lastimeramente en programas de telerrealidad, enfangándose aún más. O sencillamente olvidados. Pero ¿a quién le importa? Son solo unos peones en la partida de nuestra vida. Quizá hoy me sienta demasiado sensible, pero a mí me duele ver a alguien destruido, o cuando llegan al albergue donde trabajo. En ese momento se sienten los seres más despreciables del mundo. Es terrible cuando han tenido tantas posibilidades y no las han sabido aprovechar. Quizá si en lugar de inculcar a nuestros hijos que deben buscar el éxito, el dinero, el lujo, o el reconocimiento banal, les enseñáramos a tener valores, alguno se podría salvar.

Piensen.
Sean buenos.

La canción de hoy viene de mi musa musical. Doña @BeatrizBagatelaFast fuse. Gran acierto, como siempre. Oh nena, yo nací con una mecha rápida. No tengo tiempo para amar, solo una ciudad para abusar. Magnífico. Con todos ustedes: ¡Kasabian!
https://www.youtube.com/watch?v=sX_TqlMJJ_s

domingo, 15 de abril de 2018

En defensa propia

En 2015, unos asaltantes entraron en el domicilio de unos ancianos. En la casa estaba Jacinto, de 80 años, su mujer de 69, y su cuñada de 64. Los ladrones portaban una pistola —que posteriormente resultó ser falsa— y un formón. Agredieron a Jacinto y a su mujer y los amenazaron con matarlos si no les entregaba el dinero. La mujer de Jacinto sufrió varios hematomas y heridas. Durante  el asalto, Jacinto simuló ir a por el dinero que guardaba en un armario, pero logró agarrar una pistola que tenía escondida —no tenía permiso de armas— y disparó dos veces. Uno de esos disparos alcanzó a uno de los ladrones, lo que provocó su muerte. Esta semana hemos conocido la sentencia. Condenado a dos años y medio de cárcel y a abonar 20 000 euros a la madre del finado en concepto de indemnización.
La sentencia considera probado que Jacinto sufrió un atraco y peligraba su vida, por lo que aplicaron la eximente incompleta de legítima defensa. Imagino que por eso la condena es tan liviana. La acusación particular solicitaba diez años de cárcel y 70 000 euros de indemnización. Asegura la sentencia que el acusado podía haber utilizado otras alternativas igualmente efectivas para salvaguardar su integridad física y la de su esposa evitando la muerte del fallecido. Tuvo suerte el bueno de Jacinto. Su señoría se ha apiadado de él y deja en suspenso la tenencia ilícita de armas bajo el compromiso que no delinca más. Como ven, todo es un despropósito.

Creo que todos hemos aprendido la lección. A partir de ahora, si nos atracan en casa, debemos servirles un aperitivo y facilitar a los ladrones nuestro dinero. Si por un casual resultamos heridos, no debemos denunciar, puesto que podríamos ser condenados por golpear de manera insistente los objetos contundentes que portaran los asaltantes. Lo grave es que el mensaje que se envía a la sociedad es que los malos están más protegidos que los buenosQue vivimos en un sistema jurídico excesivamente garantista, en el que una víctima debe indemnizar al verdugo. Y da carta blanca a los hampones. Es evidente que hay otras alternativas a matar a un hombre. Nadie en su sano juicio desea la muerte de otro, pero esto es una locura. Vivimos en una sociedad corrupta. No sé porqué, pero estoy convencido de que el gobierno indultará antes a un político corrupto que a Jacinto. Como siempre, soltaremos a Barrabás.

Piensen.
Sean buenos.

Hay una canción que siempre que la escucho me enoja. Bullet the blu sky. Me hace moverme de mi asiento. Me hace sentir mal. Habla acerca de las injusticias. El artículo de hoy me parece una injusticia horrible. Con todos ustedes: ¡U2!

domingo, 8 de abril de 2018

De políticos y másteres

Todos sabemos que los políticos no necesitan formación para ejercer. Por supuesto que es lo deseable, pero hasta el momento, nadie les ha exigido unos conocimientos mínimos para alcanzar sus metas. Se puede ser concejal, alcalde, diputado, senador, e incluso presidente del gobierno sin saber hacer la O con un canuto. Desgraciadamente ocurre en más casos de los que imagina. Es evidente que basta con tener el carné del partido entre los dientes y aplastar a los compañeros para medrar. ¿Qué necesidad hay entonces de falsear el currículo? Solo se me ocurre, teniendo una mente perversa, que precisen una determinada preparación académica, por si llegado el caso, abandonan la política y necesitan esos títulos para su inclusión en los consejos directivos de grandes empresas. Pero seguro que eso no ocurre nunca. Soy un malpensado...

En el caso de la presidente de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, lo que más asquea es que haya sido a través de una universidad pública. Me apuesto con ustedes un guisante a que la historia termina de la siguiente manera. Presentará su dimisión, sin reconocer su culpa, alegando errores ajenos, asegurando que es para evitar perjudicar a su partido. Por supuesto, incluirá la célebre muletilla por si ha podido alguien sentirse ofendido. Lo más cómico de esta situación ha sido la cantidad de políticos que han rebajado sus currículos tras el escándalo. Bochornoso. Estoy convencido de que cualquiera de nosotros guarda en casa cualquier documento acreditativo —sin falsificar— que atestigüe la realidad. Pero estos políticos, solo tienen un único objetivo: Lucrarse, y vivir sin dar golpe, a través de sus cargos. Que no le engañen.

Aterroriza que mientras nuestros políticos engordan de manera espuria sus currículos, nuestros jóvenes deben restarse méritos para poder optar a trabajos de menor cualificación. No solo deben endeudarse, esforzarse y estudiar, sino que una vez que lo logran, deben ocultarlo para poder trabajar en restaurantes de comida rápida. Otros, a pesar de su excelente formación, deben acudir a los comedores de Cáritas. El mensaje que envían los poderosos es diáfano. Son una clase elegida, la elite, y pueden hacer lo que les plazca, mientras nosotros, el populacho infecto, debemos trabajar lo indecible para alcanzar nuestras metas... si cuentan con el visto bueno de los políticos. ¿De verdad que nuestros dirigentes no se dan cuenta de la cantidad de dinero que invertimos en educación para que luego deban emigrar nuestros mejores talentos? No creo que sea el único al que se le queda cara de idiota cuando lee noticias como esta en los diarios. Pero no se preocupe, la noticia de la semana es que el señor Ronaldo marcó un golazo. Es el momento de decir basta y exigir que todos los políticos sinvergüenzas abandonen sus escaños. O ¿vamos a seguir con la farsa?

Piensen.
Sean buenos.

Hablando de másters, se me ha ocurrido incluir Master of Puppets como canción regalo. Una canción potente. Hace referencia al control de las drogas sobre los adictos, pero se podría aplicar al control que hacen nuestros políticos con el populacho. Con todos ustedes: ¡Metallica!
https://www.youtube.com/watch?v=kV-2Q8QtCY4

domingo, 1 de abril de 2018

Los intocables

Quienes me conocen, saben de mi afición al fútbol. Cada semana me enfundo mi vieja camiseta del Racing de Santander y horado inmisericorde la portería rival. Especialmente, cuando en la defensa se encuentra el ex jugador del Liverpool, N. Butcher. Mi hijo, que no ha seguido mis doctos consejos futbolísticos, ha rechazado ser aficionado a mi querido Racing y anima con efusión a las rutilantes estrellas del Real Madrid. Incluso me obliga a acompañarlo cada quincena al Santiago Bernabéu a ver a su equipo. A pesar de ello observo, con enojo, cómo cada semana aparecen estrellas de los grandes equipos en los medios de comunicación que presuntamente han tenido, o tienen, problemas con Hacienda. Messi, Ronaldo, Mascherano, Xabi Alonso, Neymar, Falcao, Coentrão, Özil, Modrić... La lista es excesivamente larga. Es posible que también ocurra en los equipos modestos, pero quizá esos no aparecen en los grandes medios.
Hay quien opina que la culpa de esta situación es debida a los elevadísimos impuestos que deben pagar los jugadores de fútbol. Cerca del 50% de sus ingresos. No consideran relevante que ganen una millonada. Pero no estamos aquí para juzgar sus ingresos. Es cierto que el fútbol genera pasión y eso se traduce en contratos millonarios. Quizá deberíamos plantearnos porqué un señor que no sabe hacer nada en la vida y que no produce nada, genera tantísimo dinero. No son casos únicos. Ahí tiene usted a las modelos, e incluso los senadores. En el caso de estos últimos, no solo no generan nada, sino que encima son un lastre. Pero ese es otro debate. Hay otros, seguramente, más descerebrados, que justifican a los jugadores de su equipo y los jalean con grandes alharacas cuando acuden a los juzgados a declarar. Por supuesto, condenan a los del equipo rival. ¿Ignoran que el que defrauda al fisco, roba a toda la sociedad? 

Sorprende la sensación de impunidad de estas estrellas. Incluso se atreven a negociar con la Agencia Tributaria. En el caso de alguno de nosotros, si defraudáramos, les aseguro que caería todo el peso de la ley. Y con razón. Pero estos niñatos consentidos son intocables. Y lo más grave es que ellos lo saben. Se sienten semidioses. Saben que a la plebe les pueden recortar en educación, en sanidad, en servicios sociales, y seguirán inmóviles. Pero no les toque usted el fútbol. Es escandaloso que sigamos consintiendo estos comportamientos. Ser aficionado al fútbol no es óbice para exigir responsabilidades. Y máxime a los que más ganan. ¿Alguien cree que alguna superestrella acabará con sus huesos en la cárcel? ¿Y si nos dejamos de memeces y aplicamos la ley siempre, y no cuando convenga? Somos una sociedad de idiotas. 

Piensen.
Sean buenos.
Feliz Pascua de Resurrección para todos.

La canción regalo de hoy viene de mi amigo Nava. Dolores se llamaba Lola. Me asegura que siempre que le hablan de futbolistas, le viene esta canción a la cabeza y que no son ejemplo para nadie. Con todos ustedes: ¡Los Suaves!
https://www.youtube.com/watch?v=eBxzJ8GAxkU